En un antiguo reino, ya olvidado, vivirá una princesa.
-¿Y por qué? -Preguntó.
-No seas impaciente, -espeté.
Será perfecta. ¡No!, será imperfecta, así se podrá enamorar.
Nacerá sana, y fuerte, y durante sus primeros años, vivirá con la pasión de querer conocerlo todo.
Un día, aburrida en su castillo, bajará a la playa. No tendrá más de 14 años, pero sabrá qué la arena guarda muchos secretos.
Y de golpe, la verá. Una botella, con algo dentro, como la de los cuentos de hadas, o de leyendas.
Rápidamente, se hará con ella y, pronto, accederá a su interior, del que emana un olor a caricias.
'¿Una carta de amor? Vaya misterio.' -Pensará. 'Ya me he leído muchos libros bonitos.'
Pero esa carta tendrá algo, algo que no acabará de entender, pero que la hará quererla y amarla.
Ya que será una carta de amor, sí, pero no estará dedicada a ella, sino a ti.
-¿A mi?
-Sí, a ti.